A mi no me vengas a decir
qué es lo que tengo que hacer
que tu imagen de emperador
tiene más de semejante
a un cerdo chillón.
A mi no me vengas a decir
lo que tengo que hacer
la pelota la pateo
a donde se me antoja
vos dásela al 10 si querés,
si total estás acostumbrado
a que alguien más
se haga cargo de lo que vos
no te vas a animar nunca.
A mi no me vengas a decir
lo que tengo que hacer
que los dos tendremos,
como cualquiera,
nuestros fantasmas
pero al menos yo,
y te lo digo sin pelos en la lengua,
puedo dejarlos encerrados en casa
cada vez que salgo a la calle.
Y que algunos se me retoben
no quiere decir
que no pueda con mi genio.
No me digas lo que tengo que hacer
que si tanto te la supieras
ya lo hubieras hecho vos
y hoy capaz, en una de esas,
estarías lleno de guita
o de amor
o de lepra
o de lo que se te cante.
A mi no me vengas a decir
lo que tengo que hacer,
que llevaré dos días en la vida,
(aunque sé bien qué la canción
no se refiere a lo que pienso),
pero, al menos,
no me pasé desperdiciando años de ella
haciéndole perder
el horizonte a los demás
porque nunca encontré
ni encontraré
el mío.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por leer! También podés seguir el Instagram del blog para recomendaciones de lectura y enterarte cuando subo una nueva entrada: @ficcionenelpatio